26 agosto 2013

Qué hay más allá de las lagunas de chocolate


Siempre le quedan gelatinas sin romper y esos diabólicos chocolates crecen por todos lados. Toda la semana Milton ha luchado por superar el nivel 79 pero es muy difícil. Cuando finalmente lo logra son las cuatro y media de la mañana del domingo. Entonces Milton piensa, antes de dormirse: "Es una señal. Hoy ganamos".




El partido no era fácil. Cococho es un DT muy vivo y el combinado de Bahía que juega de local en General Campos es un gran equipo. Aunque sin serlo, esto que jugamos ya es el mismo Provincial, torneo cruel que hay que ganar en el forrísimo formato del ida y vuelta donde una mala tarde te jubila el campeonato.

Razonable cantidad de gente en el Mateo. El partido fue mucho más bonito que lo que hayamos podido apreciar. Santa Rosa arranca pegando temprano pero Wendy calibró mal la pistola: no aprovechará el primer golpe. Al ratito Campos está asentado: poner dos líneas de cuatro muy pegadas entre sí para alambrar el fondo y dos tipos para triangular adelante con alguien que suba o para tirarles la pelota y que se arreglen. Santa Rosa intenta desalambrar pero no es fácil, las pelotas se quedan pegadas en las púas y llegan sucias. Pero nos vamos acomodando al partido. Campos tendrá sus chances, pero no se le regala nada. Fabri y Marito hacen marca muy física y química y los laterales cierran bien.

En plena pulseada ocurre lo del remolino, a los cuatro y cuatro de la tarde. Dios nuestro señor posa el dedo sobre el área de la Ameghino y se levantan alrededor serpentinas y papelitos. El arquero se ve envuelto como una momia, y después lo sucio se limpia y sube al cielo, y sólo queda luz y paz. Milton piensa: "ahí, en ese arco, va a pasar algo. Esa es otra señal".

Y pasa. Cinco minutos en la zona del remolino Guiñazú consigue pescar una pelota y hace un pase de play para Wendy que define como si estuviera en la play. Claro que en la play es fácil y acá menos. Hay un gran alivio para el albo que se acomoda y domina bastante ahí, pero nada en la vida es fácil. Estos nos van a hacer un gol, vas a ver, dice Tío Pumba mientras se agarra la panza.

El segundo tiempo arranca con dos jugadas en las que quedamos mal parados, como en el partido que jugamos en el Turnes con All Boys. Lo que pasa es que aquellas entraron y estas no. En una hay aplauso medalla y beso para Gonzalo Domínguez, que saca una pelota de cabeza saltando sobre la línea cuando ya lo había superado a Urigüen. En la otra fue Urigüen el que estaba semitapado y adivinó un tiro a quemarropa que era un penal en movimiento y la sacó al corner. Cerca de los diez volvimos a agarrar el partido de las crines y más o menos lo fuimos llevando al trote, y la verdad es que Campos no volvió a generar jugadas claras nunca más, lo que es todo mérito de la defensa de Santa Rosa.

A los 29 pasó lo del penal, patriada de Alzamendi que aparece por el punto ciego del área para definir y es pialado desde atrás por el Negro Martínez. Inobjetable penal y Martínez se vuelve loco mostrándole a Katie Gómez una credencial para pegar sin ver tarjetas que le dio la AFA en 2002. Katie le hace notar que la letra chica dice "solo válida para jugadores de Boca en cancha de Boca" y lo hace retirar por la policía cosa que Martínez acepta como un caballero que es, reconociendo que ha pegado desde atrás sin intención de jugar la pelota y por ende le corresponde ser echado aunque no sea último recurso.

De todos modos Wendy le pone suspenso al match tirando el penal a la concha de la lora, y ojo que en una de esas Campos la mete. Pero otra vez Campos se autoboicotea cuando el 14 se hace echar por putear al referí en una jugada irrelevante y enloquecen todos. Quedan con nueve y nosotros ahí "durmimos" un poco. Papá de Milton y Tío Pumba estaban tranquilísimos pero Milton se comía los codos. No había jugadas, pero no había forma de evitar que nos tiren pelotas llovidas al área y en una de esas cantaban bingo en un centro. Y en las contras nosotros tuvimos más de una chance que pasó cerca o desperdiciamos. Lo que más temía Milton era el foul boludo y finito y que Katie o cobrara para compensar. Lo compensó cobrándonos un offside inexistente, pero no con foules en contra.

El miedo era más una sensación térmica y la pelotudez culposa de haber errado un penal (que no tiene que existir: si erraste lo erraste y no se piensa más) que peligro en el área nuestra porque Santa Rosa controló bien. Pero no hubiera estado mal meter un gol más, y quien sabe si un equipo mejor enfocado no nos la mandaba a guardar.

Se esperó mucho y sólo en la jugada final, con Campos ya vendido, Wendy volvió a tener su chance y esta vez la mandó al fondo, amargando de nuevo a los tamberos como ya había hecho jugando para Atlético Macachín en la final del año pasado. Wendy termina el campeonato con 16 goles, y si Baldissoni no mete ninguno será el goleador del Norte.

Así termina el albo, saltando en ronda.

Nadie daba un peso por nosotros, después arrancamos muy bien, después nos agarró la depreneta luego de no ganar el apertura, y la tarde que todo cambió fue esa vez que no nevó en el partido que jugamos contra Doblas y conseguimos recuperar un puesto en el podio, acorde a nuestra historia y condición de grande de la ciudad.

Ahora volvemos a jugar el provincial, dentro de un mes, torneo que nos perdimos en 2011 y 2012. Va a ser difícil pero a la vez no es imposible, y es un poco como ayer, y un poco como el Candy Crush, si lo jugás mucho alguna vez lo vas a ganar. Va a ser más dificil, como siempre que pasás de pantalla, pero para eso es que uno juega.

Nos vemos el 29 de septiembre, donde el futbol nos vuelva a convocar.

Felicitaciones y abrazos!


19 agosto 2013

Un viaje a Suiza


Corcovea el Torino de Tío Pumba en el ripio que hay en el acceso a Campos, y todavía falta. "Está complicado, esto", dice tío Pumba, mientras se aferra al volante y todo adelante y atrás es una gran caravana de polvo de autos que están yendo a ver al albo.

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Papá de Milton nos  dice:  "Campos es la Suiza de la Zona Sur". Cuando llegamos se ve claro que es asi. El partido se juega en una cancha de hockey sobre césped muy bien cuidada, y tienen manga. Cuando estás adentro parece que fuera una nave espacial, y ahí van los jugadores del club, otra vez hacia la aventura.


La foto es del grupo de facebook del Club Atlético Santa Rosa



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Partido chivo, porque nada es fácil en la vida y se equivoca el que piense que estos cruces eran pan comido. En el otro, Doblas no pudo ganar en su casa. Nosotros arrancamos apichonados por un fuertísimo viento en contra y nos dominaron bastante en la primera mitad del primer tiempo. Alanís tuvo mucho laburo y los delanteros de ellos se movían bien. Después empezamos a soltar algunas manos que se nota que les duelen, y les dolerán más en el Mateo donde hay más espacio para abrir el juego a los costados.

Varios de los problemas del primer tiempo se proyectaron al segundo. Lo más importante es que Chavito siguió estando bastante solo en el medio, porque es un poco el precio que pagamos por poner a Abrahan, Abrigo, Del Río y Wendy en cancha. Por ahí Guiñazú quedó muy tirado al costado sin influir demasiado en ataque ni en defensa. Por lo que fuera, no estábamos finos ni fluidos. Casi todo lo generó Wendy, que les hizo un nudo a los zagueros de Campos.

Claro que uno de los problemas que teníamos, en ataque y en defensa, era que el árbitro decidió que no nos iba a cobrar ningún agarrón nunca. Jugando así yo te marco a Cristiano Ronaldo con un brazo y a Messi con el otro, decía Tío Pumba.

Ese criterio no se aplicaba a nosotros, donde los agarrones se cobraban. Capaz que sea nomás el reglamento del sur, el local tiene derecho a defender agarrando y a empujar defensores para hacerse lugar cuando ataca.

Urigüen, muy activo para cortar y atento a las jugadas, atajó muy bien sin dar nunca un rebote. Dio un par, en una se demoraron y la revoleó Pablito, y en el otro apareció el Pelado Martínez dentro del tumulto y nos metió el gol a los 30 del segundo tiempo.

El albo respondió bien, no se tiró atrás y empezó a armar un ratito su mejor juego. De hecho llegamos a empatar en un flipper muy lindo que dejó a Alan Abraham solo en punto penal frente al arquero resolviendo con un hermoso globito que pegó en el travesaño pero picó adentro. El árbitro lo anuló por un offside que nosotros no vimos. No pudo ser de Abrahan, y no pudo ser de Wendy que le dio el pase.

Al ratito de eso pasó lo de Lucas, expulsado por un coscorrón abdominal que el árbitro tuvo la ocurrencia de mirar justo cuando sucedía. Se trata de un derecho que el reglamento del Sur no contempla para los visitantes, aparentemente. La sacamos barata en un punto porque si van a suceder estas cosas es mejor que sucedan faltando poquito (iban 40) y no a los diez del primer tiempo. Pero tenemos que ponernos de acuerdo en que estas cosas no nos tienen que pasar.

Santa Rosa terminó flameando como Maravilla Martínez en la pelea de Vélez pero zafó del segundo, y así nos fuimos de General Manuel J. Campos, la suiza del Sur. Aplauso al equipo y ahora a entrenar para ganar el Domingo, cosa que es muy clara: si no le ganamos a Campos no mereceremos jugar el Provincial.

Aunque ellos están contentos y nosotros no, cuando se asiente el polvo que todavía vuela dentro del Torino nos daremos cuenta de que los dos equipos fueron castigados. Santa Rosa porque le faltó ambición y oficio para salir a ganar el partido. Campos porque no aprovechó la gran cantidad de tiempo de posesión de pelota que tuvo y porque se comió un par de situaciones que ya está lamentando al tener que venir al Mateo sin margen de error. Es muy difícil que aguante todo un partido sin ser embocado, así que lo que tenemos que hacer es jugar tranquilos, concentrados, ensayar tiros libres y pasarnos la pelota.

Queda media pelea todavía y no hemos tirado nuestras mejores manos. Esto sigue el domingo en cancha nuestra, que para ellos es Irak.

Abrazos!

11 agosto 2013

En la vida hay que elegir

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Algunas, no muchas, boletas del colorado picadas en papelitos saludan el ingreso del albo. Cuando todo eso pasa Tio Pumba boludea con el Ipad buscando las rutas para llegar a los rivales que nos tocaría enfrentar si le ganamos a Anguil, lo que considera "un trámite", mientras Papá de Milton dice: "este partido va a ser durísimo". Los dos tenían razón.

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Complicadísimo y hermoso partido del primer tiempo. Una montaña rusa. El albo arrancó parado de manos y lo sentó de culo a Anguil en el primer round. Como si el offside se cobrara a lo ancho en vez de a lo largo, la defensa de Anguil se movió mal y dejó libre todo el hemisferio derecho dándole a Abrigo el cachito de tiempo que necesita para parar un centro cruzado y definir desde el pie frente a un arquero que había visto metegol y estaba soldado en la línea de fondo. Van cuatro minutos, el partido es un trámite, dice Tio Pumba, mientras saca fotos con el Ipad. Papá de Milton recuerda: así empezó todo en Anguil: nosotros poniéndonos en ventaja rápido.

Pero Anguil empieza a jugar y se la dan a Román que nos penetra como una faca por derecha. Empiezan a jugar y tocar y quedamos sin mediocampo, porque Chavito se tiraba muy atrás y nadie cortaba las líneas de pase ni intentaba anticipar. Anguilense juega bien y nos empieza a fajar. En una de esas, un pelotazo revoleado va al costadito del área y Urigüen se lleva por delante a Román, con lo que Macchi cobró penal. El penal era dudoso pero cobrable. Hicimos bien en no protestar, porque una cosa es penal y otra cosa es penal y expulsión. Nos lo metieron y a remar de nuevo. Papá de Milton recuerda: así siguió todo en Anguil: nosotros poniéndonos en ventaja rápido y ellos empatándonos de penal al ratito.

Además, ese empate era tóxico porque ya sabíamos que en Doblas Macachín perdía y ese resultado nos dejaba afuera de los cuatro. Antes de eso Román había tenido un mano a mano y tendría otro más. Alanís y Fabri Pérez estaban muy ocupados con el Palomo, y el precio que pagábamos por eso era que había muchos lugares libres para el resto. También estábamos viento en contra y era dificil calcular algunos tiros largos (y la puta madre: cuando nos tocaba a nosotros a favor el viento paró).

Pero del otro lado también estaban flojos de papeles en defensa y Del Río y Abrigo estaban intratables, así que flameaban en cada avance. Pudo haber sido 3 a 1 para cualquiera de los dos, pero estaba por terminar y seguía el empate, hasta que  jugamos un loco aéreo con centro de Wendy, bajada de Del Rio y empujada de Ariel Abrigo para meterles otro piñazo a los 43 del durísimo primer tiempo.

Según dicen los que han visto varios partidos, el mejor tiempo de todos los partidos de este campeonato. Que no es lo mismo que el mejor partido de todos los tiempos.

El problema era que estábamos todavía a tiro de ser borrados con un solo gol de Anguil, que demostró que claramente tenía con qué asustarnos. Pero el partido se nos resolvió solo en una jugada que parece casualidad pero esconde un mérito nuestro. Chavo Saez Dupo encontró un metro de distancia y, como Milton siempre recomienda, pateó al arco. No es necesario que sea gol, pero hay que pegarle. Puede haber un rebote que descoloca, un arquero tapado, o, como pasó acá, que lo que era un tiro terminó siendo un pase a Abraham, que consiguió pararla de casualidad y quedó con pelota dominada frente al arquero que estaba otra vez muy en la línea y totalmente vendido para ser embocado. Estando a tiro de patada, el dos Bonkowski no resistió la tentación de impedirlo. El resto lo saben: ellos se quedaron con uno menos y Wendy metió el penal. Y aún así, Anguil siguió hinchando las pelotas porque dos minutos después un tiro voluntarioso de ellos nos soldó el travesaño.

Pero la ventaja numérica ya pesaba y enseguida quedó claro que había clima de partido liquidado. Wendy al rato tuvo su gol de jugada. Zapatazo larguísimo, Del Río arremete y se lleva las marcas, y la pelota embolsada por el viento los sobra a todos, Wendy siguió la jugada y le quedó para una volea que pica y sube desconcertando al arquero. Moraleja también de esa jugada: tiene sentido ir incluso a pelotas a las que no llegás, porque arrastrás marcas y podés abrir juego para tu compañero. Y tu compañero, Wendy en este caso, tiene que ir también pensando que esa pelota puede picar mal, no quedarse mirando de lejos.

En la vida hay que elegir, y si se puede elegir esas cosas: pegarle al arco, ir a pelear un centro entre dos rivales, ir a una pelota perdida para sacarse la duda de si no es posible encontrarla.

Bueno, fue: cuatro a uno y ahí si, todo vendido, sol pleno, gran alegría nuestra, en la tribuna Tío Pumba se distrae jugando al Candy Crush, en la cancha algún firulete y tiempo para que debutara Martín Benéitez, y para que Lucas Del Río probara pegarle al poste cuando le tocó patear el penal.

Una hermosa tarde para el albo. Abrazos para todos y como siempre, ganemos o perdamos, nuestros respetos a los chicos y a los que están siempre para entrenar y jugar donde y cuando les toque.

Por algo Santa Rosa es el único club de barrio realmente existente, el resto son guarderías y locadores de instalaciones comerciales.

Ha terminado el campeonato y estamos donde más o menos teníamos que estar. Tuvimos rachitas y sólo empezamos a jugar bien al final. Se nos escapó el apertura por poco y nos colgamos en la primera mitad del clausura. Pero reaccionamos a tiempo (acuérdense Milton insistía con eso desde que escribimos lo de "recalculando") para entrar en el repechaje al Provincial y terminar con un buen sabor de boca.

Felicitamos también a Doblas, una dinastía como la de los Spurs, que tal vez vuelvan a jugar una vez más con nosotros. Macachín se merece lo que le pasó por haber rifado el final del campeonato, y Anguil se merece lo que le pasó por habernos ganado cuando no tenía que ganarnos, y haber perdido cuando tenía que ganar, consuélense que de última podrán decir que le ganaron en su casa a los dos grandes de la ciudad lo que no es poco.

Nos vamos contentos. Ya desde junio los días se van a hacer más largos y vamos a dejar de traer camperas y bufandas a la cancha. ¿Jugamos el Provincial o no lo jugamos? Tenemos a nuestro favor la ventaja deportiva y el hecho de que el repechaje nos agarra en un buen momento. Son como saben dos partidos, y el primero de ellos se juega en General Campos. "Es pasando Macachín", dice Tío Pumba luego de mirar el mapa, y calcula cuánto nos costaría llegar ahí en el Torino Azul si cargamos nafta con el descuento de la Caldén mañana. Más vale, tenemos que ir.

Abrazos.