25 junio 2009

Terror dominguero: lo que hay que decir



Solicitada


Del alambrado para afuera, el armagedón del domingo pasado fue esto: una piedra que salió de la tribuna de Campos de Acha en el primer tiempo, otra piedra que salió de la misma tribuna en el segundo tiempo, una botella de vidrio que voló de la platea de Santa Rosa.

Punto y coma: también hubo personas muy enojadas gritándose entre sí, mientras doce policías armados separaban. No hubo invasión del campo, no hubo gases ni balas de goma, no hubo niños evacuados por la Gendarmería, ni aceite hirviendo cayendo sobre zagueros visitantes.

En medio de todo eso, un partido más que interesante, que tal vez podría haber seguido.

Y ahora sí, punto y aparte.

Campos de Acha no va ascender por falta de calidad y de carácter. No las tuvo hace dos meses cuando faltando un minuto Otamendi patea en Acha un penal dos metros afuera del arco, no los tuvo hace un mes cuando no pudo ganar el clásico local y, perdidos en la impotencia, dos jugadores clave se enredaron en una gresca que impidió terminar el partido, quedándose afuera de las fechas más importantes del campeonato.

Otra vez, ahora tampoco hubo carácter en el equipo de Campos cuando sus propios jugadores provocan expulsiones infantiles cada vez que se vieron en desventaja en un partido decisivo. Y cuando una salvaje y traicionera patada de uno de ellos fue el detonante de una agresión entre jugadores que sus hinchas y partidarios pretenden justificar a toda costa.

Relato el simple hecho: el jugador que ellos “dicen” que “no fue” el que “dicen que fue” (parecen un testigo que se niega a declarar) ese jugador corrió quince metros para pegarle una patada voladora de atrás a un rival que ponía la pelota al piso, y cuando la víctima cae, se ensaña con dos patadas más en los riñones. Para el que no lo vio y tiene memoria, el hecho es idéntico a la patada que Ruggeri le tiró a Chilavert, pero esta vez haciendo impacto y con propina.

Ahora, que es demasiado tarde para lágrimas, porque nosotros lo lamentamos mucho, y supongo que ellos también, algunos de sus hinchas se quieren convencer de que hay una conspiración “capitalina” para perjudicar al equipo achense, piden sanciones contra el equipo local, y van a demostrar, con videos y pericias y ecuaciones, que ellos tienen razón en todo y nosotros en nada.

Y la verdad es que es cierto: todo lo que les pasó, de dos meses para acá, es todo culpa de Lobo, de la Liga Cultural, de Atlético Santa Rosa y, con más razón, de su café video cantina marconi disco bar que no vende bebidas alcohólicas.




Milton Abs. DBI nº 122.331.243

Papá de Milton Abs. L.E. nº 42.

Tío Pumbaa Smith, indocumentado.


24 junio 2009

Día de elecciones

Milton no vota porque es chiquito y no figura en el padrón.

Papá de Milton vota a Esponda - Ferrigno de la lista 502, la única que apoya al Gobierno Nacional y Popular.

Tío Pumba, en tanto, sugiere que vean este video.



Abrazos

21 junio 2009

Capítulo 13: "I wanna hold you so much"

Cuando volvemos a casa, Tío Pumba entra, más bien, con cara larga. Su novia Irina lo mira y casi siempre sabe cómo salió Santa Rosa, sin que él lo diga. Irina conoce la cara de goleada a favor, la cara de goleada en contra, la cara de empate en el último minuto con dos jugadores menos, la cara de pudimos meterle cinco goles pero nos llegaron una vez y nos empataron. Todas las caras, menos la cara de suspendieron un partido en nuestra cancha cuando íbamos ganando tres a uno. Esa es nueva.





Santa Rosa 3 - Campos de Acha 1



El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón" de Santa Rosa. Asistencia: 314 espectadores de Santa Rosa, 187 espectadores de Acha. Récord de público en el Mateo. La temperatura era de 15º C y el clima estaba soleado. Santa Rosa jugó con camiseta blanca y Campos de Acha con camiseta celeste; ambos tienen pantalones blancos.

El albo formó con Michelena; Epinal, Constantino, Fernando Gonzalez, Ibanbargoitía; Montigni, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Martín Lobo. O tal vez sea mejor decir: lo está arbitrando Martín Lobo, porque el partido no termina, se para a los 15 minutos del segundo tiempo.

****

El partido empieza con un recibimiento conmovedor, resuenan ecos imaginarios del clip de Milton que en dos días juntaba 100 visualizaciones en YouTube.

Santa Rosa sale con el pie firme pero Campos es, sin duda, el rival más duro. No por nada es el único equipo que queda en pie. En cada jugada todo empieza al principio elástico, agudo, vertical, pero en cada jugada algo sucede enseguida -un rechazo, un espacio que se cierra, una de más- y la pelota gira en círculos, cambia de lado. Por momentos entusiasma y por momentos se deshilacha en la irrelevancia, parece una discusión entre Dezeo y Coller, con la diferencia de que acá los ánimos están tensos.

Santa Rosa aplica el primer golpe a los 28 ST. Hay un corner, primero un cabezazo, y después otro, y después la red, la loca red. Fernando González se llena otra vez la boca de gol y Tío Pumba se abraza con Papá de Milton. Un gol pedía yo, que el primer gol fuera nuestro.

Y acto seguido, un número nueve de Campos que, al momento de apelar un fallo, le pregunta al árbitro por su precio de mercado. "¿Cuanto te pusieron, forro, cuánto te pusieron?, dice. El juez no considera atinada esa curiosidad y lo echa.

Pero igual sabemos que nada es suficiente, sabemos que nos han pasado cosas raras. Lo del empate de Campos viene en un tiro libre atajable, vagamente parecido al primer gol que nos metió Villa Iris en Villa Iris.

Largo entretiempo, parece partido de AFA. A la vuelta el albo empieza bien y enseguida, a los dos minutos, vuela un centro al área y mientras la pelota está en el área, Coqui Susvielles siente una mano en su cuello, siente que lo empujan para atrás, pierde el equilibrio pero no se cae. Papá de Milton razona que si se hubiera tirado, el árbitro capaz le sacaba amarilla por simular. Pero como queda en pie, el agarrón se recontranota y el juez cobra penal.

Tío Pumba saca la libretita, se pone los anteojos de leer y dice: "En condiciones normales, penal es el 90 % de un gol". Y sigue: "Pero fijate los penales en partidos que jugamos nosotros: los rivales patearon tres y metieron uno. Nosotros pateamos dos y metimos cero". Eso da un 20 % de penales metidos en nuestros partidos.

Tal vez por eso vemos enseguida que no hay mucho entusiasmo en patear el penal, pesan las piernas. Papá de Milton está renervioso. Si no metemos este penal, piensa Milton, luego terminamos perdiendo el partido. El que se anima es Andrágñez y como se sabe, tenemos fe en Jesús. Pero el penal se discute un montón, pasa el tiempo, es en el arco de la Civit donde tiene su hinchada Campos, el arquerito de Acha se siente protegido, se siente futuro héroe.

Jesús toma una carrera corta, le pega abajo, el arquero adivina la esquina pero la pelota entra. Gol, abrazo de gol, pero nadie se relaja. Hay dientes apretados, el partido entrará en su zona más intensa porque Campos se tiene que tirar a descontar enseguida.

Campos juega, mete cambios, da el paso adelante. Es plata o mierda.

Y mierda le sale. Hay un pase largo cruzado que recibe Sabino, Campos queda mal parado. En lugar de pararla y armar la jugada, Sabino la toca en pase ni bien recibe, hacia la punta derecha donde Campos dejó toda la colectora libre. Hacia ahí iba corriendo Susvielles. Con buen césped y panorama, con el sol a su espalda, sin líbero a la vista, Susvielles corre primero como una gacela, pero se preocupa y se va encorvando a medida que se acerca el arco, y entonces
corre
corre
corre
como corría Burruchaga contra los alemanes.

La pelota, siempre al pie, y en ese momento imaginamos el pase gol obvio: por el otro lado, solísimo Gaby Sayago.

Pero no van a pasar esa película. Por egoísmo, por miedo al offside de Gaby, por fe en sí mismo, porque ve que el arquero no le sale enseguida a cerrar, Coqui muestra su optimismo y la cruza pegandole al arco. La pelota pega en la pared del costado de la red, pasando por dentro del arco. El gol es perfecto, hermoso, veloz, luminoso.

Coqui sale corriendo, ahora más despacio, levanta el dedo índice y lo cruza sobre la boca mirando de frente a la hinchada de Campos. Eso sube la temperatura ambiente y le valdrá una amonestación por festejo excesivo. Luego irá al costado a darle un beso a mamá mientras el insoportable número 14 del banco de Campos lo putea gritándole en la oreja. La postal es bizarra.

Se reanuda el juego, mientras siguen los abrazos en la platea y un Walter Nelson imaginario se pregunta si lo digo o no lo digo. Decilo, dice Milton. Los jugadores termocéfalos de Campos (que no son todos) tienen burbujitas de calentura que le salen de la cabeza.

Luego sale la figurita que debería figurar en el diccionario ilustrado de la mala leche, en la letra F de fútbol y de forro. Una bestia salvaje (pusimos en algún momento el nombre, pero al final no sabemos si fue Cayumil, Langoff, el General Campos o quien de los moradores de la ciudad de la amistad), un animalito que soltaron en la cancha aprovecha que Andrágñez está recibiendo una pelota con la punta del pie. El burro, ajeno a la jugada, aprovecha que venía corriendo de veinte metros y se tira con las dos piernas a la altura de los muslos. La patada fue una doble patada intencional, hecha para lesionar, propia de una bestia salvaje. Jesús cae de costado. La bestia, que no ha caído, lo remata con el envión y le pega dos patadas mas en la espalda, a la altura de los riñones. Así completa el combo: primero pega de atrás como un traidor, luego le pega dos veces a un tipo caído como un cobarde.

Todo contra Jesús, que es un pan de Dios, y que por supuesto no contestará, que pondrá la otra mejilla como dicen los evangelios.

La patada asesina deriva enseguida en una batahola propia de Copa Libertadores del setenta, donde se pelean los que se pegan y se pegan también los que entraban para separar. Hay mucho manotazo, pero no hay nocauts, la policía separa, algunos sensatos de ambos equipos van conteniendo la cosa. Imaginamos una pronta reanudación del partido, pero no.

Falta de garantías, dice la policía. Falta de garantías, repetirá Lobo. Mientras el catch transcurría, vimos y sabemos que hay piedras que cayeron contra el línea desde la hinchada de Acha. Y que hay una botella que cae del otro lado que es el nuestro, donde está la platea de Santa Rosa, pero tal vez esa platea no sea la culpable. Eso nunca lo sabremos. Condorito en persona llama a la calma, mientras hay discursos y debates entre árbitros y policías.

Hay incredulidad y, como en Tío Pumba, caras largas. Oímos que Raúl Arballo, veterano de mil batallas, quiere quedarse en su palco. Está convencido que el partido se reanudará, ha visto mil veces líos iguales o peores donde se siguió jugando. Mientras, se van los jugadores de Acha, puteados por la platea, pero no vuela ni una mosca, ni un salivazo. La impresión general es que Lobo debería haberle dado otra chance al partido, haberse dado a si mismo otra chance de no dejar de jugar, como árbitro, un partido tan importante como el que le dieron.

Mientras nos vamos, Milton dice: la sensación es de una pena inesperada, no tristeza, pero sí una ducha fría después de estar metido en la bañera con agua caliente. Tragamos saliva y queda la garganta con gusto a fósforo. Era un partido donde queríamos despedir al equipo con un aplauso, donde todo pintaba para una posible goleada.

Pero, la mierda: una patada traicionera y una pelea normal, casi lógica después de eso, nos han privado de ver todo lo que vinimos a ver. La mierda sucede, y Milton dice: carajo, mierda.

Papá de Milton no está de acuerdo, y hace una lista de razones.

-- Ganamos el partido, el partido que teníamos que ganar.

-- Lo hicimos con autoridad, nunca estuvo el partido en riesgo.

-- Demostramos de uan vez y para siempre que somos el mejor equipo del campeonato.

-- En el triangular de candidatos con Campos y Sarmiento, sacamos en cancha 10 de 12 puntos posibles.

-- Hay que valorar el hecho de que no nos metimos en la pelea final, que si hay algún informado de nuestro lado, no será mas de uno.


Tío Pumba comparte las razones y dice que sí, que arriba el ánimo. Que los hijos de puta no nos quiten la alegría, tenemos que festejar.

Y entonces, los tres nos juntamos en un gran abrazo.

No esperen sorpresas feas en la semana, dice Papá de Milton. Razona que lo que vaya a hacer la Liga depende del informe del árbitro. pero la situación es bastante parecida al incidente del año pasado entre Santa Rosa y Guardavidas, que también fue en el Mateo. Cuando un jugador promueve incidentes, de los cuales se deriva la suspensión del partido, se da por perdido el juego al equipo de ese jugador. Sabemos que seguramente hubo piedras de un lado, la cuestión en el peor de los casos es culpa concurrente entre las hinchadas.

El hecho de que Santa Rosa vaya ganando tres a uno al momento en que se para hace que sea más fácil para a la Liga tomar la decisión que va a tomar, tal vez este miércoles, tal vez más adelante: decretar que el partido lo hemos ganado tres a cero. Con lo cual, en los papeles, para la estadística, al final, no habrá existido ese gol evitable, y se habrá hecho, también y finalmente, justicia.

Ahora hay elecciones y un parate, pero de acá a tres semanas, Santa Rosa va a salir campeón.

Abrazos.

18 junio 2009




--- 4 puntos sobre el video ---

1. PACIENCIA. Hacé click en la flecha, enseguida pausa; esperar que cargue todo y verlo después todo junto.

2. Parlantes A FULL

3. Mandárselo a tus contactos, ponerlo en tu sitio, ir a la cancha el domingo.

Link YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=V3U0BaxXcgw
Link p/ descarga: http://www.megaupload.com/?d=R536O42L

4. No es el video de Caruso, este video es para incentivar al espectador ausente. Los jugadores saben lo que tienen que hacer, abrir la puerta, correr, salir a jugar, hacer las cosas de modo fácil y bonito, no salir a pelear ni a romper todo.

14 junio 2009

Capítulo 12: "You'd be like heaven to touch"

Tío Pumba ha ido ayer a la ópera, junto con su novia Irina. Milton se queda en casa viendo Disney Channel, pero sus papás también fueron al teatro. A la vuelta, Papá de Milton cuenta que en la charla que tuvieron en el entreacto Tío Pumba sacó su libreta del bolsillo del esmóquin y le contó datos. No te pienses que mañana es fácil. Primero, el cero cinco de Ataliva fue engañoso, en el primer tiempo no merecimos ganar y la goleada vino después, medio de casualidad. Segundo, fijate bien que Pampero desde esa vez no perdió nunca más con nadie. Y mirá: nunca, nunca, perdió de visitante. Papá de Milton vuelve muy contento, ha aplaudido mucho al tenor que hacía de sobrino de Don Pasquale y que se parecía a Oscarcito Bravo, pero cuando vamos al Mateo tiene las palabras de Tío Pumba en la cabeza y dice que la cosa por ahí no es tan fácil.







Santa Rosa 2 - Pampero 1



El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón" de Santa Rosa. Asistencia: 198 espectadores de Santa Rosa, 68 espectadores de Ataliva Roca, 6 espectadores neutrales en la vieja platea de enfrente. La temperatura era de 14º C y el clima estaba nublado, sin viento. Santa Rosa jugó con camiseta blanca de manga corta y pantalones blancos. Pampero de Ataliva juega con camiseta blanca y roja, pecho blanco, lomo rojo. El árbitro juega con clásica camiseta negra. En la reserva, Santa Rosa da vuelta un 2 a 0 adverso y lo gana 3 a 2; el preliminar termina con una pequeña gresca.

Al mismo tiempo, en el predio de la Ruta 5 Unión de Acha le ganaba a Unión de Amistad, 1 a 0. Veinticuatro horas después: en Uriburu, el local derrotará a Anguilense y se lleva el clásico de pueblos,, 2 a 1; en Acha, Campos le ganará 1 a 0 a Sarmiento y decreta que esto se define en un mano a mano contra el albo.

A medida que estamos cerca del objetivo importante, el ascenso, nada nos importa. No existe tenis, ni Libertadores, ni TC. Sólo hay algo que nos interesa lejanamente, y que es lo más parecido que se puede encontrar a un superclásico. No es eso que terminó en empate el domingo, sino lo otro, eso que perdimos el sábado. No diremos mucho más al respecto.

El albo formó con Michelena; Epinal, Constantino, Fernando Gonzalez, Ibanbargoitía; Montigni, Alanís, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Mariano Medina, bien.


***

Cuando el equipo ingresa en pleno al Mateo, con Mateo por supuesto, vemos que Pablo Alanís lleva una bandera. Es una grande y preciosa bandera, que dice "Fuerza Fermín - Los amigos del club". Se sacan la foto con ella. Fermín es el hijo de Torres, el PF del equipo, que ha sido operado.

Una vez que el árbitro dio el pitazo inicial, el albo completa su precalentamiento en la cancha durante diez minutos. Recién entonces Montigni toma la pelota cerca de ña línea de fondo y gambetea a dos, cuando encara al arco se la tocan y es corner. Patea al segundo palo, cabecea Ibanbargoitía, es gol.

A partir de ahí Santa Rosa va a jugar bien durante veinte minutos. Pero en el medio de eso, hay un pelotazo dirigido al número nueve, todavía fuera del área. En la delantera de Pampero juegan el gordo y el flaco. Como en el señor de los anillos, los dos Torres. Empezamos por Diego: con 1,95 de altura, el nueve de Ataliva es el jugador más alto de la B. Ibanbargoitía lo camisetea un poquito y le cobran foul. Entonces es el momento estelar del Panza Torres, el gordo Walter (qué casualidad: el otro gordo Walter). Raro jugador, tremendo: muy, muy culón (la frase de la tribuna fue: "lindo culo para hacer contrabando de supositorios"). Panzón, por supuesto. Petiso. Y habilísimo, rápido, siempre bien ubicado. Y tío de Fermín, además. Medina arma la barrera guardando la distancia y es obvio que le va a pegar el panza Torres. Mientras contenemos la respiración, el tipo va y le pega, la pelota se desvía en la barrera y Michelena no puede atajarla. Te ganaste los ravioles gordo, escupí el fitito gordo, todo muy gracioso lo que oímos, pero el partido está empatado.

Hay bronquita y Santa Rosa retoma el control. En una de esas, a los 27 minutos, se pelea a muerte una pelota, Gaby Sayago se cruza a la derecha, gambetea, tira un lindo centro, Susvielles quiere cabecear y se va ancha, y entonces aparece Jesús Andrágñez antes de que se vaya y desde un ángulo imposible la cruza e infla la red. Visto de la platea, parece un gol hecho desde atrás del arco.

Cuando todo parecía liso, hay un problema: Pablo Alanís traba fuertísimo una pelota, nos duelen los dientes al oír el choque. Enseguida se hace atender, le ponen espráy, pero no puede pisar, no puede correr, no puede seguir. Diagnóstico de papá de Milton: esguince de rodilla, mínimo quince días hasta volver a entrenar, mínimo tres semanas afuera del equipo titular. El gran capitán, el cinco alternativo se va sustituido, Epinal toma improvisadamente su lugar, entra de cuatro Chiche Guiñazú a marcar al Panza Torres, a bailar con el más feo. Todo un macanón, en fin. Mientras Santa Rosa trata de reacomodarse el primer tiempo se va sin grandes novedades.

O no tanto, porque de camino al vestuario el Panza Torres va y se da el gusto de putear un rato al referí. Intentará volver en el segundo tiempo, sólo para que le hagan notar que fue expulsado en el descanso. Con ayuda de la policía se lo llevan afuera y el partido se reanudará diez contra once. No deja de ser, para nosotros, un alivio.

La ventaja numérica, razonamos, se transformará enseguida, por decantación, en más goles a favor nuestro.

Pero nada de eso ocurre. Diez contra once todo sigue igual, el albo sin ideas. Lo único que cambia es otra expulsión en Pampero, por doble amarilla: por protestar y por reingresar al campo sin permiso. Desde los diez minutos quedamos con dos jugadores más, y el pescado sin vender. El equipo aparece nublado: cuando la tienen que llevar, la pasan a un compañero marcado; cuando la tienen que pasar, la trasladan y desaprovechan los claros abiertos. Con el albo entre relajado y confundido, Pampero se agranda y quiere hacer lo que San Lorenzo le hizo a River el año pasado en la libertadores.

Hay impaciencia y frustración en la hinchada de Santa Rosa, que se había preparado para ver un gol cada diez minutos. En lugar de eso vemos que, de vez en cuando, hay una falta nuestra en tres cuartos de cancha, que de ahí salen centros, y que en la pelota parada no importa tanto la ventaja numérica, porque suben todos a cabecear. Y tienen todavía al jugador más alto del campeonato, no olvidemos. Que nadie haga foul, grita papá de Milton, mirá si nos cobran penal. Por ahora no hay foul, no hay cabezazo rival, el Mono sale seguro y atenaza pelotas sencillas. Pero el goteo sigue, y si nos meten un gol, cada vez nos quedará menos tiempo para volver a ganarlo. Qué necesidad de sufrir tanto. En fin, ahora se ve que Tío Pumba un poco de razón tenía en estar preocupado.

Y miren si se sufre. Minuto 43, Gaby Sayago recibe un pase larguísimo, queda solo, lo deja sentado al arquero, y antes de que le pegue al arco lo tacklea Rambur, que se va expulsado. Gaby Sayago va a patear el penal y parece que, por fin, hará su primer gol en el campeonato. Y no: lo patea como Sabino en Anguil, y se lo atajan como a Sabino en Anguil. La hinchada de Ataliva delira. Insólitamente, va a haber otro centro más de Pampero, para poner una pelota de peligro jugando once contra ocho, pero el número tres tiene la delicadeza de patearlo errándole al área grande.

Sin un Bergessio en cancha, sin gallineadas de su rival, Pampero no puede hacer hazañas, aunque ha sido un digno rival. El partido termina y el albo llega a 29 puntos. Miremos el bosque y no el árbol: 29 puntos de 33 posibles, tremenda campaña. Papá de Milton razona que para ganar un campeonato, siempre se va a tener que ganar algún partido jugando mal, que si es así este era el partido ideal para hacerlo. Tío Pumba dice que hay que tener la cabeza fría y muestra su libretita con el pinpón: número de llegadas de Santa Rosa 5, número de llegadas de Pampero 0, el gol fue un accidente y no lo podés contar como llegada. El triunfo fue merecido, y tal vez sea mejor ahorrar recursos para partidos más chivos.

Como el que viene, por ejemplo, que es LA CASI FINAL DEL CAMPEONATO. Santa Rosa vs. Campos, segunda edición, la oportunidad de quedar supercortados del segundo en caso de ganar, la obligación, o-bli-ga-ción, de demostrar que no sólo vamos a ascender sino que además merecemos hacerlo y para eso tenemos que ganarle con total claridad al único equipo de la B que llegó a pelotearnos este año. Milton se pregunta si no es necesario aprovechar este momento para armar un video motivacional, como el de Pep Guardiola, como el de Caruso Lombardi.

Con el campeonato en situación match point a favor nuestro, según la libreta del Tío Pumba, necesitamos como mínimo 314 personas del albo en cancha para merecernos el ascenso, así que el que falta es un traidor.

Abrazos.

07 junio 2009

Capítulo 11: "Can´t take my eyes off you"

Cuando llegamos al Fortín de Villa Elisa, luego de pagarle al señor muy amable que nos vende las entradas, Tío Pumba huele la tierra, entrecierra los ojos, y dice: "esta cancha está llena de recuerdos, recuerdos que se perderán como lágrimas entre la lluvia". Es evidente que Tío Pumba está nervioso.


Sarmiento 1 - Santa Rosa 2





El partido se jugó en "El Fortín de Villa Elisa". Asistencia: 124 espectadores de Sarmiento, 183 espectadores de Santa Rosa. La temperatura era de 16º C y el clima estaba soleado. El viento es moderado y cruzado, medio en contra del albo en el PT y algo a favor en el ST. En primera, Santa Rosa jugó con camiseta blanca y pantalones blancos. Sarmiento juega con camiseta azul oscuro y pantalones del mismo color. Gómez y sus asistentes juegan con camiseta negra y pantalones negros.

El día anterior, la selección argentina le gana dando pena a Colombia. Pensamos varias cosas mientras vemos el partido. Que si hubieran puesto a, ponele, Fernando González, no podía jugar peor que lo que jugó Cata Díaz, aunque lo salvó el gol. Que si hubiera estado el Gaby con la albiceleste, no podría haber jugado peor que lo que jugó Tévez. Que obviamente Andrágñez hubiera hecho algo más que el Kun Agüero. Y así sucesivamente.

Un poco antes, en París Francia, el mejor jugador de todos los tiempos gana el único gran campeonato que no había ganado. Y el mismo día, se define el campeonato de fútbol de clubes más competitivo del mundo: no es la Liga BBVA, no es la Copa Libertadores, no es esa de Japón, es el Nacional B que gana Atlético Tucumán.

Y en la B cultural se da la lógica. Ganan los dos equipos de Acha: Campos muestra carácter en Anguil y suma una victoria cómoda, 3 x 1; Unión despacha a Uriburu 3 x 0. En Toay, empatan en cero Guardia y Unión y Amistad. El hecho notable es que, después de intentarlo cuatro veces, finalmente le meten un gol de penal al arquero de Anguil.

El albo formó con Michelena; Agüero, Constantino, Fernando Gonzalez, Ibanbargoitía; Montigni, Maidana, Alanís y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

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Tío Pumba mira su libreta y nos explica de qué se acuerda. Hace dos años y moneda, el 2 de junio de 2007, el perro Barreto (DT de Santa Rosa) y el Chino Alanís (2 de Santa Rosa) casi se agarraban a piñas en el círculo central de esta cancha. Hoy, Barreto sigue teniendo el buzo de DT, pero de Sarmiento. Hoy, Alanís sigue teniendo la banda de capitán y el 2 del albo en la espalda, pero (hoy) juega de 5.

Esa tarde Santa Rosa llegaba como puntero del campeonato al cabo de la primera rueda, y enfrentaba ahí al segundo, Villa Germinal. Santa Rosa empieza jugando bien con tiqui tiqui y fácil, mete un gol Benvenutto y otro el Gaby Sayago. Después el equipo se descalabra y se viene la noche: Germinal nos mete cuatro humillantes goles en quince minutos, uno de ellos es en contra de Pablo Alanís. En el entretiempo el equipo no vuelve al vestuario, hay charla técnica en la mitad de la cancha. Barreto, entonces técnico de Santa Rosa, lo saca a Alanís del equipo y cuando se entera Alanís lo quiere matar, lo tienen que agarrar entre cuatro. Ese partido era delicadísimo, una final anticipada. Con mucho laburo Santa Rosa mete un gol más (otra vez Gaby) y se pone a tiro, hasta que en el último minuto cobran penal, penal a favor nuestro. Lo va a patear el zurdo Benvenutto y le pega un metro arriba. El partido termina 4 a 3 y Germinal de ahí en más gana todo lo que juega, Germinal ganaba el ascenso 2007 y nosotros nos queríamos matar.

Y Papá de Milton recuerda luego el último partido Santa Rosa Sarmiento que se jugó en este estadio. Partido raro, fue un poco después, 9 de Septiembre de 2007. Atajaba el Mono Michelena, tal vez fue su primer partido de titular. A los 9 minutos, es amonestado por tocar la pelota con la mano fuera del área al tratar de evitar un córner. Hay tiro libre, pasa el peligro, el mono sigue protestando. Ahí el árbitro se acerca para retarlo y se da cuenta de que el mono tiene bijouterie, arito. Le pone la segunda amarilla y nos quedamos con uno menos, y con la expulsión más boluda de la década. En lo que siguió del partido Sarmiento nos cagó a pelotazos pero nos hizo un solo gol, y en el último minuto hubo corner, cabeceó Juan Abaca y empatamos. El técnico todavía era Barreto, que se iba a ir de Santa Rosa dos o tres partidos más tarde. Ese campeonato iba a terminar con Santa Rosa llegando a la final de la Copa Presidentes, y perdiéndola con Guardavidas.

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Hoy se nota que los ánimos están caldeados en la Villa. El partido viene caliente del preliminar, tiran las bombas de estruendo que a Bush le sobraron de Irak, y cuelgan una bandera en la que piden la cabeza de Barreto: "ANDATE PERRO A LLEVATE A LOS PERRITOS", dice. Hay pólvora en el ambiente, y no es metáfora.

El partido empieza con Santa Rosa jugando mejor, como si siguiera el partido de la primera rueda y se hubiera mudado de cancha. Milton constata el cambio de la semana, desde hace tiempo venía insistiendo en el proyecto delirante de ponerlo a Gaby Sayago de tres y Condorito hace la segunda cosa más parecida a eso, lo pone a Sabino Agüero de cuatro.

Justo cuando Papá de Milton se lleva un chicle a la boca, una corazonada de Andrágñez lo lleva a picar al claro hacia el área. Gaby Sayago lo ve y le tira un centro que Jesús peina anticipando al arquero y la pelota se va tranquila al fondo del arco. Así, Andrágñez, que jugaba de local en esa cancha el año pasado, cumple con la ley del ex y anota contra su anterior equipo.

Sarmiento luce sorprendido, no desordenado pero limitado, sólo genera una montonera angustiante al frente del arco nuestro. Santa Rosa trata de abrir juego aunque no enhebra la última puntada. El primer tiempo se va con nosotros arriba, uno a cero. Al comenzar el segundo tiempo, Papá de Milton tira el chicle, ya no tiene gusto.

Y ahí Sarmiento empieza algo mejor. Se está jugando su última chance de meterse en el campeonato y va con los dientes apretados. Ponen y juegan todos, prueban por los costados, patean al arco, nosotros quedamos a la defensiva. En una de esas, a los 10 o 15 minutos, un desborde por nuestra derecha encuentra un tipo (Diocca) que viene cruzando de frente, le pega antes que pique y nos infla la red para empatar.

Las cosas se ponen mal y Sarmiento sigue viniendose, porque olió sangre. En este momento pasan dos cosas que, tal vez, cambian de nuevo el trámite del partido. Condorito lo saca a Montigni por un defensor, Sabino sube para reforzar el medio, se terminaron los inventos. Los hinchas del albo no aprueban el cambio, pero nosotros sí: nos faltaba marca y roce y había que estabilizar, toda esa zoña era pérdida. Por otro lado, Papá de Milton corre a buscar el chicle bubalú que había tirado, lo lava con agüita y se lo lleva a la boca de vuelta, es cábala el chicle dice.

El partido se hace parejo y hasta nosotros hacemos un gol, una linda jugada, con remate fuerte de Jesús, arquero que da rebote y Susvielles que completa. Pero el línea puto dice que Susvielles estaba adelantado y el juez puto anula, y la verdad es que nos parece que no, pero bueno. Después nos cobran varios offsides, y Tío Pumba dice: para hacer gol lo único que podemos hacer es de corner o gambeteando, porque cada vez que tiren un pase a un delantero el línea de aquel lado nos va a levantar la bandera.

Así las cosas, miramos el reloj casio y vemos que ha pasado la línea de no retorno, los 30 minutos del segundo tiempo, esa zona en que si alguno hace un gol se sabe que casi seguro no hay margen de empate. Hemos visto tantos fantasmas que la verdad tenemos miedo.

A las cinco y cinco, hay un pelotazo largo que manda un central nuestro, la pelota pasa limpita la línea de medios y ya vemos a Coqui Susvielles picando y baja la pelota suavemente con la rodilla y la domina a la carrera. Y ya va Jesús con un pique fuerte primero y contenido después, para darse lugar, ya Coqui gira sin perder tiempo y pone el pase dos metros adelante de donde está Jesús. Y en el tiempo que tarda la pelota en llegar, Jesús da dos pasos y le pega bajo como viene, en la boca del área, antes de que el arquero tenga tiempo de achicar.

Nunca sabremos si hay un gol del campeonato, pero éste se festeja como si lo fuera, van todos a abrazarlo a Jesús y a Coqui, menos Constantino y el Mono que quedan viéndolo de lejos. El fotógrafo de la web retrata la escena en una muy linda foto que vemos ahora en casr.com.ar y que ya mismo le damos a Tío Pumba para que redibuje con crayones y tinta china y la suba a nuestro blog.

El alivio sigue un ratito después cuando Sarmiento se queda con diez, luego de una murra de la que es víctima Coqui Susvielles.

Hay rechazos nuestros y devoluciones de ellos, nosotros tenemos gente ya cansada pero Sarmiento acusa el golpe y pega empujones y cachetadas, no trompadas directas. Pablo Alanís, dos años después, se toma revancha de esta cancha y se retira ovacionado a las cinco y cuarto. Le quedan seis minutos al partido y no paramos de sufrir, pero el Mono se muestra seguro y todo funciona como un relojito atrás, Sarmiento sin gol, sin Fiol, se queda sin desborde, sin tiro de media distancia, y sólo tiene el centro como arma. Nosotros estamos bien, pero tensos, por las dudas Papá de Milton no va a tirar de nuevo el chicle aunque ya le duele un poco la mandíbula.

Y así fue cómo al final ganamos, y guardamos el chicle esta vez en un papelito, por las dudas. Ya nos vamos convenciendo que los fantasmas no existen. Nosotros razonamos que este campeonato lo podemos ver como el envoltorio de un triangular que se juega en los turnos de fechas 2, 3 y 4 de cada rueda. En la fecha 2, Sarmiento con Santa Rosa; en la 3, Campos con Sarmiento; en la 4, Santa Rosa con Campos. Ganamos, aquí, la primera fecha del triangular, y consolidamos la ventaja de cinco puntos con el segundo. Quedan dos fechas más, dos partidos que son claves antes de las elecciones. Seguimos ahí. Abrazos.